Aunque utilizan el hábito, ellas no son monjas comunes, ya que aunque valoran la espiritualidad, no están afiliadas a ninguna de las de California. En vez de ello, pertenecen a una orden a dedicada al poder sanador de la mariguana.
Ellas producen bálsamos, infusiones y aceites hechos de cannabidiol, el componente no psicoactivo de la cannabis. Además, ellas están a favor de la legalización de la mariguana.
A pesar de todo, su lucha no ha sido fácil. A principios de este año, un decreto local hizo que sus cultivos fueran ilegales y, en marzo, cerraron sin aviso la tienda donde vendían sus productos, por lo que se quedaron temporalmente sin negocio. Sin embargo, ellas han seguido mostrando su apoyo a la campaña para la legalización de la mariguana.
La buena noticia para ellas, es que Merced, California, aprobó el cultivo limitado de mariguana con fines medicinales este mes, lo cual sentó las bases para la apertura de dispensarios en la ciudad
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