Ryan Jessen, de 33 años falleció repentinamente el mes pasado a causa de una hemorragia cerebral. El personal del hospital tuvo un gesto de amabilidad con su familia. “Nos permitieron llevar al perro de mi hermano para que se despidiera, para que supiera por qué su humano nunca volvió a casa. Mi hermano quería mucho a su perro,” dijo Michelle, la hermana de Ryan.
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