Ser asistente de una celebridad es un trabajo bastante específico. Se requiere tener un carácter y un aguante extraordinario.
De seguro has visto muchas veces cómo se compportan las estrellas, con sus pasos majestuosos, lo bien que salen en las fotos... pero al final, resulta que este éxito no es exclusivamente suyo.
¡Como sombras, los siguen sus asistentes personales, que constantemente están corrigiendo a las estrellas, mostrándoles dónde pararse y qué decir – y todo por el bien de la perfección! Pero lo más interesante es que las celebridades, a menudo, no valoran su labor y, con frecuencia, ven a sus ayudantes como simples servidores. Los últimos, a su vez, en ocasiones, tienen que soportar todo tipo de tonterías.
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